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Tiny BunnyWag Tail

miércoles, 29 de junio de 2016

Soledad.

Junto a ti, me siento completa. Me siento yo misma, es increíble decirlo ya que no estoy con nadie, estoy conmigo. Pensando vagamente en mis miedos, en mis experiencias.
Junto a mi más preciado amigo, el cigarro; como sí consumiendo cada uno todos aquellos temores desaparecieran; Me encuentro sentada en un banquito, a las expensas de la gente, en un lugar público, una plaza. Sola. Junto a el, que a pesar de que me nuble de daños infinitos me llene y aspire cada calada de el, seguida de suspiros incontrolables que me provoca. 10:20 de la noche, está tan suave y estrellada que puedo sentir el frío que la luna me propicia poco a poco, escucho vagamente los sonidos que hay a mi al rededor, los aprecio de tal manera que conjuntos con mis pensamientos englobo en sólo Uno. Pensando, porque es todo para lo que mi cabeza conspira en este momento...

viernes, 24 de junio de 2016

Días Grises

Con música romántica de fondo, pienso; Y tomo la taza de café que había dejado olvidada en una esquina de la sala. Cojo un cigarrillo y lo enciendo para tener en mi boca éstos dos sabores de agonía y felicidad que me provocan. Observo el cielo, no llueve; pero pareciera que las nubes grises se moviesen al son de mis pensamientos, primero rápido, y luego lento. Me quedo admirándolas por unos instantes hasta que caigo en cuenta de la soledad que me apañe en este momento. Pero no es problema, ya que me fascina estar inemrsa en mis pensamientos mientras tomo un sorbo de la taza que serví en instantes anteriores y aspiro lentamente el cigarrillo que está en mi mano derecha, viendo como el humo se aleja, se dispersa, se vuelve uno con la brisa. Esa brisa que me eriza la piel y me hace querer relajarme, pero qué más relajación que pertenecer a este instante efímero como lo son mis pensamientos. Quisiera que este momento esté durante horas, pero sólo han transcurrido cinco pocos minutos y mi respiración vuelve a la normalidad, termino mi taza de café, negro, para variar; Y arrojo el cigarrillo a través de la ventana donde admiraba el cielo. Pensé tantas cosas en esos efímeros cinco minutos que constaron de la duración de esos dos acompañantes de mi querida soledad. Me siento satisfecha, luego de que se me acelerara el corazón a causa de éstos. Ya tengo calma por dentro, y aún así sigo admirando el cielo, que ahora se nota un poco más despejado, sigue siendo un día gris, pero sé que en algún momento habrá claridad, tanto en el cielo, como en mi mente. 

lunes, 20 de junio de 2016

Infinitos Orgasmos

Acostados uno al lado del otro, respiramos y nos observamos de arriba hacia abajo; ojos, nariz, boca. Se siente tan caliente el ambiente que no tengo palabras para describirlo. Diría que fue el mejor sexo que me han dado, es increíble el placer que sentí a tú lado, y encima; a la luz del día. Supongo que lo mejor es disfrutar cada instante de placer, y no sólo de esto, sino de sentirse cómodo con la presencia de alguien. Que placer es que te mire directamente a los ojos y te analice, te observe, que sientas la presencia de su interioridad dentro de ti. Que placer es estar acostado sobre el pecho de una persona y escuchar su corazón bombear rápidamente a causa de tú presencia, el aceleramiento total de las emociones, la dopamina corriendo por su torrente sanguíneo. Que placer es compartir un cigarro y diferentes ideas sobre la vida, y sus "alrededores", con una persona que tenga la capacidad de ver las cosas  de una manera parecida a la que tú las ves. Que placer fue pensar el ello y recordar todo lo que me causaste...
Y aquí me encuentro, pensando de nuevo en ti. No comprendo que le hiciste a esta "inocente" alma, que en cualquier lugar pienso en ti, en ese día, en como nos compenetramos tan fácilmente, y sin planearlo. Me encantas. Me encanta como me lo haces.
Me sentí como en el paraíso estando en tus brazos, rodeada de tú olor, llena de placer y complacida totalmente, con la respiración entre-cortada e inhalando cada milímetro de tú piel.
Tan sólo espero que nos volvamos a ver. 

domingo, 19 de junio de 2016

El hecho de escuchar.

Y aquí me encuentro, en el lugar que da paso a todo lo que mis pensamientos puedan conducir; en la playa. Dentro del mar, donde mis pensamientos fluyen como pequeñas gotas en el océano, que es tan inmenso al igual que donde se alojan todos aquellos pequeños recuerdos almacenados en mi mente. A veces revolotean como aves, otras veces simplemente se sienten calmados como peces.
Me encanta sentarme en la arena y apreciar la inmensidad del mar, también la intensidad. Existe tanta conexión entre mi cuerpo y este ambiente. A veces siento que la uso como musa, aunque siempre creo que mi musa era otra... Aquella persona, que me recuerda al mar. Porque a veces reflejaba calma y otras veces era tan intranquila como la marea en luna llena. En fin, mi intención no es desviarme ni explicar recuerdos, es entender mi conexión con esta suave brisa que alborota mis cabellos, este suave placer que siento al momento en que los rayos del sol rozan mi piel, y la van calentando poco a poco... Al igual que lo hacía aquella persona.
Me adentro poco a poco y de pronto voy sintiendo que mis pies no tocan la arena que hay bajo el agua, podría asustarme, pero sólo siento plenitud al nadar dentro, me mojo y me repongo cada vez, nado hacia adentro y hacia afuera; por un momento me quedo estable, esperando lo imaginable, una explosión de sonidos, eran las olas chocando contra las piedras, así al unísono como lo hacía mi cuerpo contra el suyo. Sólo escucho paz, armonía, felicidad, estabilidad. Estando dentro de ti, amada mía y sólo disfrutando el dulce sonido de las olas.