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Tiny BunnyWag Tail

domingo, 20 de noviembre de 2016

Océano

Sus dulces ojos azules me observaban fijamente; sin desviar esa mirada que se posaba placenteramente en mí, percibí una pérdida de conciencia en el instante en el que voltee mi cabeza y nos miramos fijamente.
En ese segundo sentí como si el mundo se cayese a mis pies, rodeada por un vórtice de sensaciones alucinógenas gracias al entorno que me rodeaba. Aún siento el destello de su mirada con la mía fusionándose para formar una chispa de lujuria y curiosidad sobre nuestros cuerpos.
Sentía el roce de sus manos con mi piel... Mi espalda se convirtió en un lienzo en el que ligeramente recibía pequeñas pinceladas que se convertían en puro placer; mientras que en mi mente, intentaba ignorar lo que se sentía al momento en el que posaba sus palmas sobre mi cuerpo; sensaciones explícitas pero a su vez, difíciles de explicar. 
En fin, desperté de un sueño absurdo en el que me encontraba en un ámbito futurista y confuso en donde ambos nos compenetrábamos sin importar nuestro alrededor porque disfrutábamos juntos de nuestras miradas deseosas. Sus ojos tan azules como el propio océano hacían que me sumergiera en un sinfín de pensamientos eróticos que buscaba la manera de apartar de mi mente; pero mis deseos fueron escurriendo como el agua. 
El mar de tus ojos no me pertenece. Pero podría nadar allí, si me lo permitieras... 



viernes, 18 de noviembre de 2016

Infinidad

Desde una nube flotando, me encuentro observando el resto de los universos a mi alrededor. Parecen transcurrir con cierta tranquilidad; quizás, deba atribuirle la intranquilidad a mi mente que en este momento se encuentra suspendida en la infinidad del abismo que formaba el humo prominente de mis labios. 
Y tal vez de mis manos, al encender ese fuego intrínseco de mi imaginación exaltada. 
Estaba tan arriba en el cielo, que veía como las estrellas fugaces se deslizaban a mi lado y comenzábamos ese viaje astral al que a todos les gustaba incluirse... 
Concluir la infinidad de orgasmos que me propiciaba el hecho de pensar en ti, cada vez se volvían más recurrentes. Simplemente aparecía el deseo de viajar al cielo y de vuelta al infierno, tan sólo con susurrarme tu nombre. 

sábado, 12 de noviembre de 2016

Sideral

Nos encontrábamos juntos contemplando la luna desde una estadía cercana.
"Vamos a definirnos", me susurró. 
Mi mente colapsó en el momento en el que escuché esa frase. ¿Definirnos? Pensé en silencio, esperando a que se le ocurriese algo más que decirme y que pudiera explicar el significado de esta frase inesperada. Pero no había más nada en el ambiente, además de un silencio ensordecedor que me aturdía el alma. Escuché un leve suspiro proveniente de su sentimentalismo; ''Te deseo'' me dijo. Yo, por mi parte, permanecía en abrupto silencio permitiendo que mi mirada hablase por mí, y en ese momento, notó el deseo en mis pupilas. Ese deseo que salía al universo, porque cada vez que estábamos cerca, sentía que viajaba a través de los planetas y hacia un recorrido por la luna, y las estrellas. 
Agarró el cigarrillo que posaba en mi mano, y lo desechó de inmediato. Me sentí a sus pies. Y literalmente lo estaba, de rodillas en el suelo admirando aquello que me enloquecía y quería que introdujese en mí. Lo miraba con anhelo, como si de verdad fuese algo que me comería.
El espacio sideral conspiró para que nos acopláramos en un instante absurdo y efímero como lo fueron los minutos que estuvo dentro de mí. 
Inspirando y respirando placer cerca de las nubes. 

sábado, 5 de noviembre de 2016

Embriaguez

El destello de la luna aparecía reflejado en mi mirada abrumadora.
Embriagada de sensatez, reposaba sobre la esquina de la cuna de nuestro deseo. Sentía la brisa que desorientaba los inherentes pensamientos de mi razón.
Confundida sobre si el éxtasis provenía de mi mente carnal, o de mis golpes imaginarios de pasión... Excedida de tragos, comencé a maltratar mi mente con reflexiones y recuerdos sobre mi oscuro pasado. Sufrí una decepción al recordar la clase de errores que cometía y no razonaba al respecto, pero quizás todos aquellos influyeron en crear el tipo de persona que soy, y que seré de ahora en adelante. Quizás para eso funcionan los errores, solo para enmendarnos de alguna manera. 
Las estrellas en el cielo parecían sobre expuestas en el manto que las cubría, como una sabana que enlazaba su destello. A plena medianoche me di vuelta y observé el reloj que colgaba en mi pared, había transcurrido tanto tiempo que ni siquiera lo asimilé con claridad, vi mi reflejo en el espejo que tenía detrás de mí y noté una pequeña lágrima de felicidad que se deslizaba por mi mejilla. Orgullosa de reflexionar sobre todo en mi vida, suspiré y seguí disfrutando de la copa de vino que tenía en mi mano, y del cigarrillo que posaba en la otra...