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Tiny BunnyWag Tail

jueves, 19 de octubre de 2017

Viles madrugadas

Nuevamente, me encuentro acá.
Deseando sentirte.
¿Por qué todas las madrugadas terminan en lo mismo?
Pensamientos que agobian.
Recuerdos que agobian.
Deseos que agobian.

No mentiré, me complace recordarte.
Recordar nuestro idilio.
Recordar nuestro deseo.
Recordar nuestras madrugadas...

Recordarte.

El deseo de sentirte sobre mí.
Sentirte dentro de mí.
Saborear el néctar que proviene de ti.
Fue efímero, lo entiendo. Pero sigo recordándolo. Me provee una paz interior pensar un poco en ti; en estos instantes de soledad que esta vil madrugada me está propiciando.
La sutileza de tus manos sobre mí.
El deseo expedido por tu cuerpo hacia el mío; lo recuerdo con desdén.
Me encantaría poseerte de nuevo. Convertirnos en uno al unísono de nuestros movimientos.
De nuestros deseos.
Siempre deseos. Nada más, nada menos.
Carencia de sentimientos.
Abundancia de deseos.

Miradas que pertenecían solamente a nuestros cuerpos incomprendidos; pero desbordantes de lujuria.

Posees mis deseos.
Yo poseo los tuyos.

Tu cuerpo y el mío...
Deseándose; como si no existiese un mañana. De cualquier manera, me encantaba poseerte.
Vislumbrar tu cara de deseo. Tus ojos ansiosos mirándome. Siguiendo mis sutiles movimientos. Provocándome.
Excitándome.
Deseándome.

Me excita pensar en ti.
En nuestros instantes.
En aquellos orgasmos que me complacía hacerte sentir.

Pero...
Esto sucede, solamente, en las viles madrugadas que asedian mi ser.
Como ésta; en dónde me encantaría sentir tu deseo en mi cuerpo. Sentir tu boca deslizándose por cada parte de mi cuerpo. Por mis erguidos pezones. Por mi clítoris. Por mis labios. Y recorrer cada centímetro de tu piel con mi lengua. Exaltándote, excitándote, deseándote.

Tener conversaciones que nos conducían hasta un punto tan erótico que hacía sentirme lo suficientemente extasiada; como para simplemente, llenarme de placer y observar como detona en mí, aquél orgasmo que me provocan tus recuerdos a escasas horas de la madrugada.