viernes, 28 de septiembre de 2018

Elección

Desperté en un oasis. El raciocinio me faltaba, mi respiración se sentía entrecortada, miré a mi alrededor: no había nada más que un desierto genuino.
Los cactus y sus espinas me asediaban, decían que querían ser como yo. Poder tener la capacidad de sentir, de tocar, de mirar, en fin, de ser.
No se imaginan lo difícil que es ser.
Simplemente ser.
Yo los envidio, carecen de emociones.
De un momento a otro, percibo que aquel desierto se ha convertido en un laberinto.
Aquellos cactus que parecían inofensivos eligieron no seguirlo siendo y comenzaron su cruel seguimiento; se convirtieron en un laberinto.
Ahí comenzó mi elección. Pues el desierto se convirtió en un laberinto sin fin. Veía una cantidad de opciones a elegir, pero ninguna parecía la correcta. Seguí mi camino, encaminándome por diversas entradas. Veía más espinas, crecían ante mi. Se proliferaban a medida que avanzaba.
No hay salida, pensé...

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