Templo

Mi cuerpo es un templo, pienso
Me emociona imaginarme decorando cada rincón de él
Llenándolo de memorias que he ido recolectando y que prevalecen en mi interior
Como joyas preciosas y deslumbrantes, mantengo almacenado cada recuerdo.

Mi cuerpo es un templo, pienso
Puedo moldearlo a mi manera, darle la forma que quiera
Y de este modo, adorarlo; o repudiarlo
Inmiscuirme en él y así lograr comprenderlo.

Pero en su interior, se alberga lo más profundo de mí
Se trata de alma y mi ser; cohesionándose y formando
Aquello que denominé templo.

Mi cuerpo es un templo que debo lustrar y cuidar
Dentro de él, se cultiva una divinidad.

Un día en la miseria

Hundida intento revolcarme en los hechos

En mis pensamientos que fluyen de manera abrupta
En la tristeza que me asedia
La incertidumbre me acaricia sutilmente
Las suposiciones me llevan a un abismo oscuro y sin retorno
No hay salida porque estoy dentro de mi propia mente
Y siento un cansancio que me agobia
Lo he intentado reprimir, cada segundo, cada instante
Siento que me sentiré así toda la vida
Que cada día será un nuevo reto, sí, como si estuviera en un videojuego
Tengo mil obstáculos por superar
Este día, es uno de ellos
Un día en la miseria, pero con esperanza, sé que solo será uno.

Que mañana ya no habrán tantas preguntas
Que mañana ya la culpa no se apoderará de mí
Que mañana tendré ojeras de tanto llanto, pero no dolerán como hoy
Que mañana quizás no sufra
Que mañana, ya no será un día en la miseria.

Ruptura

La vida, te lleva a través de pasajes singulares

Momentos únicos y sin precedente alguno 

Abismos

Infortunios.

Pero también, a lugares de ensueño donde disfrutas a plenitud 

Donde sientes una paz extraordinaria 

Y tu alma colisiona con tu ser.

La intromisión en ellos me hará recobrar la cordura 

Mientras me inmiscuí en mis vagos pensamientos 

La perdí cuando cambié mi postura 

Mientras tanto, asimilaba la ruptura de mis cimientos...

Invisible

Las mujeres se inundaban y empapaban con el agua
Las olas recreaban un escenario de sensaciones drásticas
Mientras que mis sentidos alucinaban, me preguntaba en dónde me encontraba
Simplemente estaba viajando en mis propios pensamientos.

Lo leía en mi mente como un poema trascendental
La sensación de soledad me abrumaba también
Pensaba en la posibilidad, y mi propio espíritu se estancaba
Sentí como cada parte de mí, se sentía invencible...

De repente, se hizo invisible la expectativa de obtener una respuesta razonable.

Inspirar

Pensar en aquello que me inspira, me delata
Expone mis sentimientos y emociones
Mis sentidos concuerdan con mis propios deseos
Y entonces pienso:
¿Qué es lo que me inspira?
Me inspiran las nubes sobreexpuestas
El verde intenso de los árboles que me rodean
En un día gris, mi canción favorita
Las olas del mar, por supuesto
Un atardecer
Recordar el pasado
Imaginar el futuro.
Me inspiran mis errores
Mis problemas
Mis triunfos
Mis lamentos
O ya bien, todo esto.
Porque para mis pensamientos, aquello que más inspira, es la presencia de ellos mismos.

Ruinas

Deseé la soledad.
Quise sentirla, experimentarla, saborearla, tenerla.
Quizás fue en momentos de agobio.
De desasosiego.
Momentos de frialdad, o de exceso de felicidad.
Deseé sentir más.
Más de lo que me sentía capaz.
Como si en ese momento no hubiese sido suficiente aquello que sentía, quise más.
Y ahora, simplemente estoy en las ruinas de todo aquello.
Intentando entender el porqué de esos deseos.
Inundada en soledad.
Pero lamentándome, porque en realidad, esto no es lo quería; o más bien, no es lo que ahora quiero.
Todo a mi alrededor parece carecer de sentido.
Incluso mi persona...

Rastro

Creo que los recuerdos son lo más importante en esta vida.
Sin el rastro que me deja los recuerdos, sería un ser inservible.
La verdad, agradezco tener este don. Si no pudiera recordar, no podría hablar; o nadar, si quiera.
Recuerdo una playa cristalina a la que me transporto donde me encuentro.
Es un instante efímero en el que recuerdo cómo se siente un propio recuerdo.
Sé que suena retórico.
Pero, al parecer los recuerdos no tienen precedentes.
Simplemente existen y parecen de forma continua, inhóspita e inusual.
Aunque, muchas veces sea un infortunio recordar algo, ese simple hecho de recordar es lo que impulsa a continuar.
Cuando todo queda en el pasado, es imposible no recordarlo.
Pues todos los instantes, se convierten en rastros de recuerdos pasados.
Esos recuerdos que ya pasaron, son los que me mantienen con vida.
Guardo en mi memoria un sinfín de ellos.
Están almacenados y esperando el momento preciso para relucir.
Podrán aparecer frente a mí como una estrella fugaz; o como una ola que viene y va. Como la marea alta en una noche de luna llena.
O más bien, como un meteorito ardiendo en llamas en el interior de mi mente.
Cada uno deja una huella, una huella imborrable.
Porque, si los instantes no dejaran algún rastro, entonces no serían ningún recuerdo...