Me encanta tú forma de ser, tú interior tan secreto, la manera en que sueles subir una ceja al hablar, las preguntas profundas que me haces que provocan que indague en lo más profundo de mi mente, ahí, donde también te encuentras tú en este momento; en mis recuerdos.
La manera en que me miras y que tus ojos se posan en los míos moviéndose lentamente de un lado al otro siguiendo mi mirada incierta, aunque profunda. La sensación cuando tus manos me tocan, es tan suave, diría que siento como cada poro de mi piel se abre en busca de nuevas sensaciones a tú piel, color canela. Esos pequeños detalles que noto, como cuando me besas y en medio te muerdes el labio inferior, y sin besarme siento como me deseas desde el primer momento en que me ves, y lo sé porque yo también siento lo mismo al verte, desearía despertar contigo todas las mañanas y hacértelo cada vez más diferente, ver como el sol sale y nos empieza a calentar; tú y yo fumándonos un cigarro y tomándonos un café, conversando sobre cualquier tema irónico que se nos ocurra. ¡Déjame! Déjame explorar tú mente, ábrete a mi, prometo no decepcionar y siempre tener en cuenta esa sonrisa tuya que tanto me encanta, cuando me sonríes siento que todo en lo malo en la vida no existe, quiero tenerte a mi lado, darte placer y más importante hacerte feliz, quiero que me veas como yo te veo a ti..."
Eso fue lo que pensó ella cuando aquel amor clandestino(?) le hizo la pregunta de sí estaba enamorada de alguien, ella no supo como responder sí estaba enamorada o no, porque no lo sabía; sólo describió el placer de estar a su lado.
¿Todo esto, es estar enamorado?
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