Lluvia

Veo la lluvia caer, del cielo de tonalidades grisáceas, en plena hora del atardecer, pero contemplaba como las gotas se veían en el oscuro cielo que estaba de fondo de esos árboles que escurrían deseos; de infinidades de personas que pasaban por su lado y lo apreciaban sutilmente. Por un camino empedrado me desplazaba, en el medio de este paisaje artístico como lo es la naturaleza. Sus colores y olores peculiares llamaban mucho mi atención, me concentraba solo en una cosa, pensar en ti.

Debió ser por el aroma embriagante a tierra mojada que escurría debajo de mis pies, o el humo del cigarrillo que posaba en mi mano. Recordaba aquellas tardes en esos sitios juntos, como tu cama. Donde éramos felices, aunque sea por instantes. Donde tomabas mi mano desde el segundo en que me inmiscuia en la sala y me dirigías directamente a tu cuarto. Ahí y a oscuras, disfrutábamos de las estrellas absurdas brillando en el techo, sugiriendo no enamorarnos, porque si eso pasaba... Jamás nos dejaríamos.
Pero nos dejamos, y nos enamoramos también. Y ahora solo quedan esos preciados recuerdos de nuestra vida juntos. Yo aquí, en un sillón a expensas de que cualquier persona ajena pudiera observar lo que hago mientras te pienso, masturbarme.
Y es que no podría hacer más que recordarte sutilmente con mis manos. Mi imaginación me abruma totalmente. Te siento aquí, dentro de mi. Pero se que no estás, y que todo esto es parte de mi subconsciente jugando conmigo y con tu preciado recuerdo...
''Tardes entre lluvia, cigarros y sexo''