Ocultos y sin precedencia. Los que expreso cuando escribo una y otra vez en tu nombre, que me persigue diariamente mientras consumo marihuana y admiro el dulce abismo que tengo frente a mí.
Inconfundible sentimiento de culpa, por haberte dejado a un lado. El amor es tan ciego como nosotros mismos cuando lo sentimos; y tan absurdo hablar de él, como si en realidad conociéramos su significado. Dudo que fuese así, en el momento en el que me enamoré de ti. Y me abrí contigo en todo sentido, en la cama, y en la biblioteca. Te mostré mis poses favoritas, porque las aprendí contigo.
Los libros que prefería leer, y mis autores predilectos. Mis citas textuales junto a mis deseos al masturbarme.
Mis sentimientos estaban ocultos en una especie de caja que fui abriendo lentamente para demostrarte que los tenía; que no quedase duda de que te prefería.
Aún tengo sentimientos por ti, por lo que fuimos. Un amor tanto efímero, como eterno. Y a ''eterno'' me refiero de una manera autónoma, porque aún sigues aquí presente en mis letras; ¿A cambio de que?
De un olvido y un odio inefable que es lo que sientes por mí, a pesar de que te di todo...
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