Me gusta jugar con el sendero de tu cuerpo y trazar líneas imaginarias que conllevan al deseo. Fomentar cada partícula de tu piel para hacerte sentir millones de sensaciones excitantes. Sé lo que provoco en ti, y me aprovecho de cada instante al sentir la suavidad de tus labios al rozar mis erguidos pezones. Me siento sobre ti para admirarte en silencio, sigilosamente observando tus dulces ojos marrones llenos de sueños y aspiraciones que quiero compartir a tu lado. Nos imagino juntos transcurriendo por un camino de paz; disfrutando del dulce océano que tenemos justo frente a nosotros, tomados de mano como muestra de lo que sentimos... ¿Amor, o deseo?
¡Qué complicado es ponerle nombre a los sentimientos! Y a los deseos. Es preferible, simplemente, no adherirle etiquetas al sentimentalismo.
Aunque estoy segura de que lo que sentimos es una combinación de ambos. Lo siento aquí, en mi subconsciente; que muchas veces ignoro por miedo a equivocarme, pero sé, que en esto, estoy en lo cierto.
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