''Dos polvos no caen mal, pero realmente no me encuentro saciada. El placer que siento es incomparable, no podría cambiarlo por nada. Nuestros encuentros ocasionales significan para mí, algo más que simple sexo.
Podría decir, que nos compenetramos sutilmente ante el amanecer en el que nos encontramos. A veces, ni cruzábamos palabras, sólo dejábamos que nuestros cuerpos disfrutaran la suavidad de nuestras pieles exhaustas. Los gemidos de mi parte, eran suaves cantos que comenzaban a emanar de mi deseo carnal. Él, me miraba extasiado y yo placenteramente sonreía al provocar aquél placer en su ser.''
Indiscutiblemente, no creo que esto tenga que ver conmigo. Son simplemente suaves ilusiones que se presentan en mi imaginación y se propagan a través de nubes de humo que conllevan a una constante masturbación mental.
En algunos momentos, dudaba de los encuentros ocasionales que la vida nos propiciaba.
Se debía, a que en un universo paralelo, éramos infieles.
Pero, realmente ¿Cómo podría serle infiel a un sexo tan placentero como el suyo? Esperaba que también pensase lo mismo, porque de su cuerpo jamás había emanado tanto placer sexual como el que yo a él, le provocaba...
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