El camino a la luna se ha tornado bastante extenso.
El hecho de seguir aquél sendero se ha vuelto una suposición de ideas extravagantes que agobian mi mente. Al recorrer cada centímetro de suelo, existen un millón de pensamientos absurdos que rondan por mi cabeza.
Básicamente, la luna es como un cúmulo de sueños y deseos propuestos por nuestra persona, esto significaría que, ¿si se persigue la luna, se persiguen los sueños? Indiscutiblemente, aquél astro que se observa a la lejanía, pareciera que estuviese a un milímetro de nuestras narices. Pero en realidad, se encuentra más lejos que nuestras fantasías.
He soñado un millón de veces con estar en la luna, con poder alcanzar aquellos deseos simples y efímeros que se presentan en unos pequeños instantes en mí.
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