Duramos tan poco, como más de un instante. Como aquellas estrellas que crees que serán eternas, pero en realidad se desvanecen con él tiempo. Y me refiero a los brillantes puntos que veo en él techo de mi cuarto. Que también fueron testigo de lo que hicimos; un deseo tan fuerte que poco a poco iban perdiendo su brillo. Ambos nos quedábamos apreciandolas como si de verdad se tratase de un cielo estrellado, "te llevaré a las estrellas sin salir de nuestro cuarto", siseó, mucho antes de nuestro encuentro. Me susurró suavemente al oído que mirara hacia arriba, al hacerlo sentí como todo dentro de mi se estremeció y comprendí lo loco que podía llegar a ser nuestro momento juntos. Esas estrellas no son inalcanzables, siempre vuelven y van, como nosotros. Que nos encontramos y nos perdemos en la inmensidad, y así hasta él final de los tiempos. Estrellas fugaces, perdidas. Como lo hemos sido tu y yo todo este pequeño tiempo a solas, brillando juntos y con mas intensidad. Para complementar al cielo, a la luna, a la suave brisa que me abruma, a las nubes que son nuestras compañeras, volvamos a encontrarnos, así seamos fugaces, para brillar. Juntos, como sólo tu y yo solíamos hacerlo.
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