''Hace bastante tiempo ya, que no siento tus manos sobre mi
piel. Es extraño, recordar como tus dedos se acoplaban perfectamente a mis
pequeños senos, haciéndome surgir de placer inexplicable. Y no sólo de trataba
de sexo y placer, (aunque pareciese)... Era ese amor incondicional que sentía
por ti, porque en cualquier momento de la madrugada que llamases, ahí estaría
yo, aún sabiendo que no eras la persona correcta para mi. Inseguridades
nublaban mi mente cuando pensaba en nosotros, yo era completamente tuya, tuya y
de nadie más, pero tenia aquella duda que sucumbía mi mente, sobre si tu
también podrías ser sólo mío. La respuesta de tu parte siempre fue "sí,
siempre tuyo" y ese "siempre" se convirtió en un instante
efímero que aun recuerdo vagamente.
Sentía miedo, de que me dejases, porque
estaba incompleta, ya que te di todo a ti, y entonces si tú te ibas, todo mi
complemento se iría de la misma manera como te lo entregué, intacto. No somos
una propiedad a lo que podamos llamarnos "nuestros", somos de nosotros
mismos, y de nadie más. Es un error total pretender que fueras mío. Y esto lo
estoy comprendiendo ahorita, en este momento, o en aquel momento en él que
estaba vacía. En ese instante descubrí que no podía ser tuya del todo; quería
ser yo, de mi misma propiedad, mía.''
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